miércoles, 30 de junio de 2010

Ignorar al otro


Tesy de Biase Para LA NACION
La clásica ley universal que niega al otro para actuar sin culpa ("ojos que no ven?") se ha corporizado con particular intensidad en la argentinidad actual. El otro (el prójimo, el semejante) aparece desdibujado, como si sus fronteras fueran invisibles.
"Cuando vas por la calle la gente te atropella? como si fueras transparente, te quiere pasar por encima, no existís", se queja la diseñadora gráfica Lorena Szenkier.
"Esta impersonalización que transforma al otro en una cosa es hoy una característica de nuestra sociedad, que nos empuja a vivir hacia afuera, con cierta huida de nosotros mismos", dice el psicoanalista Alfredo Painceira, que dictó la conferencia "El mal como la negación del otro ", en el VII Congreso Argentino de Psicoanálisis, realizado en Córdoba.
"Los vínculos entre las personas tienden a hacerse cada vez más instrumentales -dice Painceira-. El otro pierde su carácter de semejante para convertirse en cliente, rival o sencillamente en un instrumento para obtener algo."
El automatismo y la anomia de las ciudades superpobladas ceden en pueblos del interior, en donde la trama social se teje con nombres propios, los vínculos son más personalizados y cada uno ocupa un rol irreductible. Sin embargo, la tendencia general es de pérdida progresiva de la capacidad de empatía, de reconocer al otro y armonizarse con sus parecidos y diferencias.
"La raíz de muchos males contemporáneos tiene estrecha relación con esta imposibilidad de reconocer al otro", dice Painceira, y rescata una advertencia de Juan Pablo II, quien poco antes de morir dijo que el peor de los males de este tiempo es el de inadvertencia.
Pero la conversión del otro en un "objeto/nada", tal como lo definió la licenciada Estela Bichi, que también participó del citado congreso, no lleva patente argentina.
Mediante este procedimiento, la civilización ha realizado, a lo largo de su historia, innumerables actos de incivilización y barbarie, aunque no siempre con la premisa del sadismo, sino de lo que la filósofa y pensadora alemana Hannah Arendt llamó "banalidad del mal".
"Una de las cosas que más extrañaron a Arendt cuando conoció al genocida Adolf Eichmann, corresponsable de "la solución final" planificada por los nazis contra judíos y opositores, fue que se trataba de un burócrata: despersonalizando a las víctimas, transformándolas en simples números, convertía el Holocausto en un problema matemático. "Tenemos que matar a cinco millones de personas con el menor costo. ¿Cuál es el método más barato?"
Sin alcanzar el dramatismo extremo que se ha repetido a lo largo de la historia en infinitas escenas de crueldad acompañada de anestesia, la vida actual multiplica cotidianamente escenas protagonizadas por quienes hacen del otro una nada, hecho que los avala a proceder con la mayor de las libertades sin asumir compromiso alguno sobre su propia conducta.
El saber popular lo resume con la frase "La libertad de uno termina donde empieza la del otro".
La ecuación es sencilla: si el otro no existe, la libertad de uno se expande.
Pero el otro existe. Prohibido hacerse el autista
Uno de los resortes psicológicos que subyacen a este pase de magia que esfuma al otro tiene seguramente una raíz primitiva: "Quien no ha sido percibido, tratado ni sentido como persona en sus primeros años no puede desarrollar él mismo la capacidad de hacerlo", explica Painceira. Las personas con estas características "no sienten, viven desconectadas de sus afectos, en un cuerpo que sienten como un objeto más en un mundo de objetos".
Sin embargo, la multiplicación del fenómeno permite pensar en mecanismos sociales que activan los engranajes del individualismo extremo. "En nuestra cultura cada vez es menos frecuente la relación yo-tú, y cada vez es más frecuente el contacto puramente instrumental del otro, que pasa a existir exclusivamente cuando es un obstáculo o cuando lo necesitamos."
Para muestra, un estudio reciente realizado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) detectó que el 70% de los argentinos asume conductas discriminadoras, especialmente hacia las personas pobres. Es decir que la mayoría de nosotros segregamos a quienes no vemos como semejantes, salvo cuando resuelven nuestras necesidades.
La manifestación de esta devaluación del otro se manifiesta en hechos cotidianos que, en opinión de Renata Pavani, demuestran "una brutal pérdida de valores y prioridades, además de una despersonalización de nosotros mismos".
Desde la experiencia que adquirió invirtiendo tres horas diarias en viajar desde y hacia su trabajo como product manager de una editorial médica, comenta: "Hemos llegado a tal nivel de patetismo, que el otro día en el subte descubrí un cartel, paralelo al oficial, que decía «Prohibido hacerse el dormido», y se veía a una mujer embarazada colgada del pasamanos y a un chico joven sentado, que «parecía" dormido...".
"El mecanismo es similar con las normas de tránsito y tantas otras normas -concluye-. Todos sabemos lo que tenemos que hacer, pero cuando nos toca hacerlo, nos hacemos los autistas."

lunes, 28 de junio de 2010


Total, mi huella es de nadie.

Todos la caminan,

pero no la ven.


Hedgar Di Fulvio

Mensajes del Capitán IV

No te tomes la vida en serio.

Nadie sale vivo de ella.

domingo, 27 de junio de 2010

Mensajes del Capitán III



No. Existen caminos para la paz:


la paz es el camino

La felicidad no tiene historia:

la gente feliz no escribe


Cachita



CANCIONES PARA TERMINAR
Federico Garcia Lorca
A RAFAEL ALBERTI


DE OTRO MODO
La hoguera pone al campo de la tarde,

unas astas de ciervo enfurecido.
Todo el valle se tiende.
Por sus lomos, caracolea el vientecillo.

El aire cristaliza bajo el humo.
—Ojo de gato triste y amarillo—.
Yo en mis ojos, paseo por las ramas.
Las ramas se pasean por el río.

Llegan mis cosas esenciales.
Son estribillos de estribillos.
Entre los juncos y la baja tarde,
¡qué raro que me llame Federico!

Mensajes del Capitán II



Ojo por ojo, y quedaremos todos ciegos




Nocturno marplatense

La cuidad, la noche,
el mar que no cesa

sábado, 26 de junio de 2010



En la vida existe un valor que permanece muchas veces invisible para los demás, pero que cada ser humano escucha en lo hondo de su corazón: es la fidelidad o traición a lo que sentimos como un destino, un desafío o una vocación a cumplir.





Cultivo una rosa blanca


“Cultivo una rosa blanca
En junio como en enero,
Para el amigo sincero,
Que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni espina cultivo,
Cultivo la rosa blanca”.


José Martí

Sociedad de consumo




En una sociedad de consumo

hay dos clases de esclavos:

los prisioneros de la adicción

y los prisioneros de la envidia.



Ivan Illich


¿Algo te está esclavizando ahora? Cachita

miércoles, 23 de junio de 2010


¿Quién ha visto el viento?
Ni usted ni yo.
Pero cuando los árboles arquean sus troncos,
el viento está pasando.


Robert L. Stevenson

Emociones negativas y positivas


Siempre que hay alegría, te parece que llega de fuera. Te has encontrado con un amigo; por supuesto, parece que la alegría viene de tu amigo, de verle. Eso no es lo que sucede realmente. La alegría está siempre dentro de vos. El amigo se ha vuelto simplemente una situación. El amigo la ha ayudado a salir, te ha ayudado a verla, a ver que está ahí. Y esto no pasa sólo con la alegría, sino con todo: con la ira, con la tristeza, con la desdicha, con la felicidad... es así con todo. Los demás son tan sólo situaciones en las que las cosas que están ocultas en vos se expresan. Los demás no son las causas; no están causando algo en ti. Cualquier cosa que está sucediendo, te está sucediendo a vos. Siempre ha estado ahí; es sólo que encontrarte con este amigo se ha vuelto una situación en la que lo que estaba oculto ha salido a la vista: ha salido. Desde las fuentes ocultas se ha vuelto visible, manifiesto. Siempre que pase esto, permanece centrado en la sensación interna, y entonces tendrás una actitud diferente con respecto a todo en la vida.
Incluso con las emociones negativas, hacé esto. Cuando estés enfadado, no te centres en la persona que ha suscitado la ira. Deja que esté en la periferia. Simplemente vuélvete la ira. Siente la ira en su totalidad; permite que suceda dentro de vos. No la racionalices; no digas que este hombre la ha creado. No lo condenes. Él ha sido simplemente la situación. Y sentí gratitud hacia él, que ha ayudado a que algo que estaba oculto salga a la vista. Te ha golpeado en alguna parte, y había una herida oculta ahí. Ahora lo sabés, así que volvete la herida.
Con una emoción negativa o positiva, con cualquier emoción, usala, y se producirá un gran cambio en vos. Si la emoción es negativa, te liberarás de ella tomando consciencia de que está dentro de vos. Si la emoción es positiva, te volverás la emoción misma. Si es alegría, te volverás alegría. Si es ira, la ira se disolverá.

Osho

Elogio de la ignorancia



Si hubiera sabido más nunca habría formulado preguntas; si yo hubiese sabido más, me habría detenido el más grande de los obstáculos para el perfeccionamiento: la certidumbre de estar en lo correcto. Pero yo no sabía qué era lo correcto.


Hans Selye, médico contemporáneo que estudió las consecuencias del estres en el cuerpo humano.

En cuanto a mí, tengo la enorme fortuna de no haber logrado aún la certidumbre de estar en lo correcto.

Todos especulamos, nadie sabe nada

Cachita


martes, 22 de junio de 2010




Las cobardías son cosas que los seres humanos sepultamos rápidamente en espejos negros a los que nunca bajamos a mirarnos.
Cachita

Mensajes del capitán I




“Queridos pasajeros:
O los que hayan quedado de ustedes, pues he visto flotando desparramados, un mar de cadáveres numerosos.
Debo darles una buena noticia: hemos sobrevivido a un accidente de la gran flauta. Afortunadamente, yo, vuestro capitán, quien les habla, he sobrevivido también, y aunque no me halla en poder de toda la información necesaria para garantizar la supervivencia de todos ustedes, creo que el futuro es promisorio.
Sin embargo, debe decirles, no menos lamentablemente, que no nos hallamos en control de todas nuestras circunstancias. Que las brújulas han enloquecido. Que las señales de radio se han acallado. Que los mapas han sido devorados. Que no tenemos ni la más mínima idea de dónde hemos caído. Y que por lo que se ve, no se prepara ninguna operación de rescate.
Por lo tanto, les aconsejo que junten fuerzas y valor como y donde puedan, porque este tiempo venidero será largo y duro. Nos hallamos abandonados a nuestra suerte. Y la noche será larga...
Sin otro particular, se despide de Uds. Atte. hasta el próximo comunicado.

Vuestro Capitán”

lunes, 21 de junio de 2010

Estamos en invierno


El más esencial y desnudo de los tiempos del cielo

Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la
vida,
otro milagro de la primavera


Antonio Machado

El mío tambien.

Cachita

La resistencia. Ensayo de Ernesto Sábato (fragmento)


A medida que nos relacionamos de manera abstracta más nos alejamos del corazón de las cosas y una indiferencia metafísica se adueña de nosotros mientras toman poder entidades sin sangre ni nombres propios. Trágicamente, el hombre está perdiendo el diálogo con los demás y el reconocimiento del mundo que lo rodea, siendo que es allí donde se dan el encuentro, la posibilidad del amor, los gestos supremos de la vida.
Es apremiante reconocer los espacios de encuentro que nos quiten de ser una multitud masificada mirando aisladamente la televisión y los monitores de PC.
Lo paradójico es que a través de esas pantallas parecemos estar conectados con el mundo entero, cuando en verdad nos arrancan la posibilidad de convivir humanamente, y lo que es tan grave como esto, nos predispone a la abulia.
La televisión y la Internet son el opio del pueblo. Uo va quedando aletargado delate de la pantalla y aunque no encuentra nada de lo que busca lo mismo se queda ahí, incapaz de levantarse y hacer algo bueno… Es un tedio, un aburrimiento al que nos acostumbramos como "a falta de algo mejor". Estar sentados frente a las pantallas anestesia la sensibilidad, hace lerda la mente, perjudica el alma.

El amor no salva

Pensar que el amor nos salvará, que resolverá todos nuestros problemas y nos proporcionará un continuo estado de dicha o seguridad, sólo nos mantiene atascado en fantasías e ilusiones y debilita el auténtico poder del amor que es transformarnos. Y nada es más esclarecedor que estar con otro desde ese lugar, nada es más extraordinario que sentir la propia transformación al lado de la persona amada.


En vez de buscar refugio en una relación podríamos aceptar su poder de despertarnos en aquellas zonas que estamos dormidos y donde evitamos el contacto desnudo y directo con la vida. La virtud de ponernos en movimiento hacia adelante mostrándonos con claridad en qué aspectos debemos crecer.


Para que nuestras relaciones prosperen, es menester que las veamos de otra manera; como una serie de oportunidades para ampliar nuestra consciencia, descubrir una verdad más profunda y volvernos humanos en un sentido más pleno.


Y cuando me convierto en un ser completo, que no necesita de otro para sobrevivir, se guramente voy a encontrar a alguien completo con quien compartir lo que tengo y lo que él tiene.


Ese es de hecho el sentido de la pareja: no la salvación, sino el encuentro. O mejor dicho, los encuentros.





Yo contigo. Tú conmigo.

Yo conmigo. Tú contigo.

Nosotros, con el mundo.





Para seguir leyendo:
Jorge Bucay
Silvia Salinas
Amarse con los ojos abiertos